Canción de La Lluvia - José Ángel Buesa



Acaso está lloviendo también en tu ventana;
Acaso esté lloviendo calladamente, así.
Y mientras anochece de pronto la mañana,
yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mí.

Y tendrá un sobresalto tu corazón tranquilo,
sintiendo que despierta tu ternura de ayer.
Y, si estabas cosiendo, se hará un nudo en el hilo,
y aún lloverá en tus ojos, al dejar de llover.


José Ángel Buesa,

    Escritor neorromántico, nació el 2 de septiembre de 1910 en Cruces, ciudad de la antigua provincia de Las Villas, ahora Cienfuegos, Cuba.

    A los 7 años empieza a escribir sus primeros versos. En su adolescencia realiza sus estudios en el Colegio de los Hermanos Maristas. La gente, los cañaverales, ejerce un embrujo en el alma del poeta, que empieza a plasmar en sus versos la magia del paisaje que lo rodea. Aún joven, se traslada a La Habana, donde se incorpora a los grupos literarios existentes en aquel entonces y comienza a publicar sus versos a los 22 años (1932) con un inmenso éxito.

    Tras una primera etapa muy productiva, se ve obligado a abandonar Cuba para empezar una penosa peregrinación por España, Islas Canarias, El Salvador y finalmente Santo Domingo. Los últimos años de su vida los vivió en el exilio, y se dedicó a la enseñanza, ejerciendo como catedrático de literatura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña en la República Dominicana, donde murió el 14 de agosto de 1982.

    Sus devotos lo han llamado el "poeta enamorado" y lo consideraron el más popular de los bardos en la Cuba de 1940 y 1950, incluso fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1938; por el contrario, los detractores lo han calificado de "poeta menor", cursi.

    Su popularidad se debía en gran parte a la claridad y profunda sensibilidad de su obra. Muchos de sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués, ruso, polaco, japonés y chino. Otros muchos han sido musicalizados o recitados en unos 40 discos de larga duración. Fue también novelista y escritor de libretos para la radio y la televisión cubanas.

    Alto y de facciones muy atractivas, siempre tuvo suerte con las mujeres, pero le dominaba una necesidad de sufrir sus amores. Amaba intensamente, pero por poco tiempo.

    A quienes lo acusaban de escribir poesía facilista y simplona, respondía: “El único fallo inapelable contra un poema es el olvido”, y los de él no se olvidan.

    Todavía hoy goza de popularidad fuera de Cuba. Casi 65 mil sitios web están dedicados a comentar su vida y reproducir sus poemas.

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