Elegìa para tì y para mì - José Ángel Buesa (voz generada por IA)




I


Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente en mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.


II

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste más que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

III

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizás: «Qué linda es, todavía».
Tú, quizás pensarás: «Se está poniendo viejo».
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo, o con otra.
O tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.


IV

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos.


V

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando,
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya te habré olvidado definitivamente,
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
Y quizás, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.

VI

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos, para siempre, cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosas,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.




José Ángel Buesa,

    Escritor neorromántico, nació el 2 de septiembre de 1910 en Cruces, ciudad de la antigua provincia de Las Villas, ahora Cienfuegos, Cuba.

    A los 7 años empieza a escribir sus primeros versos. En su adolescencia realiza sus estudios en el Colegio de los Hermanos Maristas. La gente, los cañaverales, ejerce un embrujo en el alma del poeta, que empieza a plasmar en sus versos la magia del paisaje que lo rodea. Aún joven, se traslada a La Habana, donde se incorpora a los grupos literarios existentes en aquel entonces y comienza a publicar sus versos a los 22 años (1932) con un inmenso éxito.

    Tras una primera etapa muy productiva, se ve obligado a abandonar Cuba para empezar una penosa peregrinación por España, Islas Canarias, El Salvador y finalmente Santo Domingo. Los últimos años de su vida los vivió en el exilio, y se dedicó a la enseñanza, ejerciendo como catedrático de literatura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña en la República Dominicana, donde murió el 14 de agosto de 1982.

    Sus devotos lo han llamado el "poeta enamorado" y lo consideraron el más popular de los bardos en la Cuba de 1940 y 1950, incluso fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1938; por el contrario, los detractores lo han calificado de "poeta menor", cursi.

    Su popularidad se debía en gran parte a la claridad y profunda sensibilidad de su obra. Muchos de sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués, ruso, polaco, japonés y chino. Otros muchos han sido musicalizados o recitados en unos 40 discos de larga duración. Fue también novelista y escritor de libretos para la radio y la televisión cubanas.

    Alto y de facciones muy atractivas, siempre tuvo suerte con las mujeres, pero le dominaba una necesidad de sufrir sus amores. Amaba intensamente, pero por poco tiempo.

    A quienes lo acusaban de escribir poesía facilista y simplona, respondía: “El único fallo inapelable contra un poema es el olvido”, y los de él no se olvidan.

    Todavía hoy goza de popularidad fuera de Cuba. Casi 65 mil sitios web están dedicados a comentar su vida y reproducir sus poemas.

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